Logo CCOO

2

dic 2016

La dignidad, a ras de suelo

2 de Diciembre de 2016. Luis Maria Gonzalez Fernandez

La dignidad, a ras de suelo

Hace unos días, el PSOE ofreció a los sindicatos su apoyo incondicional ante el nuevo proceso de diálogo social. Ayer les asestó un golpe bajo dinamitando la primera mesa del mismo, la que debería haber decidido sobre el incremento del SMI

Con frecuencia advertimos que no vale todo en la vida política. La democracia tiene unas reglas y su cumplimiento es exigible no solo cuando alguien se salta las que están escritas, sino también cuando sus más propagandistas valedores violentan las que, sin estar escritas, deberían formar parte del sentido común, y si me apuran, de la propia distribución de poderes que recoge la Constitución.

Anda el PSOE buscando desesperadamente un lugar al sol, tratando de sobrevivir en medio de la crisis que le acecha. Por ello, no duda en aprovechar cualquier ocasión para asomar la cabeza y reciclarse aceleradamente en su nuevo papel de ‘vendedor de conquistas’. En esta jungla de la mala política, ha creído más rentable recuperar su condición de partido de gobierno en la oposición que ensayar una trayectoria de reivindicación y movilización democrática junto a otros actores sociales y políticos. Seguramente, una política digna y coherente de izquierdas deba beber de las dos fuentes, para no caer en el rincón de pensar o de agitar. Pero su conducta, a propósito del pacto con el PP sobre el techo de gasto y el incremento del Salario Mínimo Interprofesional, no deja de ser una vulgar canallada.

El SMI es materia de negociación entre el Gobierno, patronal y sindicatos. Tan claro como que la Mesa del Congreso deben elegirla las diputadas y diputados. El activismo publicitario que ayer desplegó el portavoz parlamentario del PSOE para simular un “ultimátum” al PP sobre el techo de gasto, si no aceptaba una subida del SMI del 8%, es de los que hacen época. Primero por su estrafalario papel de gallo intimidador ante un Gobierno necesitado de votos. Pero segundo, y esto es más grave, por su exhibición de deslealtad e ingratitud hacia quienes unas horas después debían pelear en una mesa de negociación habilitada al efecto, por un SMI justo y acorde al nuevo tiempo económico.

Siendo verdad que la idea más asumida y difundida por los más importantes medios de comunicación es la de “subida histórica” al referirse al incremento del SMI –la más elevada desde 1986-, no lo es menos que este salario, determinante para muchas economías familiares, con un impacto directo en la salud del sistema público de pensiones, y dinamizador de la demanda interna, debería haberse situado más cerca del salario medio del país como plantean los sindicatos, y para ello tendría que fijarse en los 800 euros mensuales en 2017.

El PSOE deberá elegir el equipo con el que juega en esta legislatura, no vaya a ser que a fuerza de querer estar en misa y repicando acabe quebrando la confianza de aquellos a los que debería tener de aliados.

Últimas entradas